miércoles, 1 de julio de 2015

Hemorragia Puerperal...



Después de dar a luz, la madre está expuesta a sufrir diversas complicaciones que conviene saber identificar para evitar los riesgos que estas conllevan; algunas de estas complicaciones incluyen a las infecciones (o Sepsis), hemorragia posparto o los trastornos hipertensivos del embarazo, consideradas estas como las tres primeras complicaciones del embarazo a nivel mundial y a su vez, asociadas a mayor mortalidad.

La hemorragia postparto es una de las complicaciones obstétricas más temidas y es una de las tres primeras causas de mortalidad materna en el mundo, tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados.

La incidencia es mucho mayor en los países en vías de desarrollo, donde gran parte de las mujeres no tiene la posibilidad de tener acceso a un parto asistido por personal capacitado.

Ante una hemorragia postparto es crucial la atención médica inmediata y dependiendo de la causa se ejecutarán los procedimiento necesarios para detener la hemorragia y evitar más daños en la madre.

El diagnóstico es clínico y el tratamiento ha de abarcar unas medidas generales de soporte vital y otras más específicas según la causa.
 



HEMORRAGIA PUERPERAL O POSTPARTO
(HPP)


La hemorragia puerperal se define como el sangrado que se produce posterior al parto y que excede un volumen igual o mayor de 500 ml de sangre, un descenso significativo del hematocrito o que implique la necesidad de transfusión sanguínea. También se entiende como cualquier pérdida hemática postparto que cause compromiso hemodinámico, dependiendo del volumen perdido y velocidad de sangre extravasada, del nivel de hemoglobina y del estado de hidratación previo.

Se puede clasificar según el tiempo de aparición en:
     -Precoz o Temprana: aquella que se presenta durante las primeras 24 horas.
     -Tardía: aquella que se presenta dentro de las seis semanas tras el parto

Su pronóstico es peor si se presenta en las primeras 24 horas. Se considera severa cuando el sangrado excede 1000 ml de perdidas; la OMS estima que las hemorragias postparto severas se presentan en alrededor del 11% de los partos.



   CAUSAS

Las causas incluyen atonía uterina, traumas/laceraciones, retención de productos de la concepción y alteraciones de la coagulación, siendo la más frecuente la atonía. Una buena regla nemotécnica para recordarlas son las 4 «T»: Tono (atonía uterina), Tejido (retención de productos de la concepción), Trauma (lesiones del canal genital), Trombina (alteraciones de la coagulación).

1.-Atonía Uterina: es la causa más frecuente, siendo responsable del 80-90% de las HPP. Los factores de riesgo incluyen sobredistensión uterina (por gestación múltiple, hidramnios o feto macrosomico), agotamiento muscular (parto excesivamente prolongado, rápido y/o gran multiparidad), corioamnionitis (fiebre o RPM prolongada).

2.-Retención de Tejido Placentario y/o Coágulos: la salida de la placenta tiene lugar en los primeros 30 minutos tras el parto. De no ser así, podría tratarse de una placenta adherente por una implantación anormal (ácreta, íncreta o pércreta). También está relacionado con la existencia de placenta previa.

«Un útero vacío y contraído no sangra».

3.-Traumas: se refiere a desgarros del canal vaginal, rotura uterina o inversión uterina.
-Desgarros/Laceraciones: suponen la segunda causa más frecuente de HPP después de la atonía uterina. Normalmente se manifiestan como un sangrado vaginal activo propio de partos instrumentados o con episiotomía que hay que proceder a reparar mediante sutura. En ocasiones también pueden hacerlo como hematomas.
-Rotura uterina: se define como la pérdida de integridad de la pared del útero. El factor de riego comúnmente implicado es la existencia de una cirugía uterina previa. Otros factores relacionados son los partos traumáticos (instrumentales, grandes extracciones, distocias) y la hiperdinamia/hiperestimulación uterinas.
-Inversión uterina: es una complicación obstétrica poco frecuente que se asocial a la excesiva tracción de cordón umbilical y presión sobre el fondo uterino, provocando la salida del fondo uterino en la cavidad endometrial.

4.-Alteraciones de la coagulación: coagulopatías congénitas (enfermedad de Von Willebrand, Hemofilia tipo A) o adquiridas durante el embarazo (preeclampsia grave, Síndrome HELLP, embolia de líquido amniótico, abruptio placentae, sepsis).

Además de estas, existen otros factores de riesgo como son la edad materna avanzada, la miomatosis uterina y el hecho de haber sufrido una HPP en una gestación anterior.





DIAGNÓSTICO

El diagnóstico suele ser evidentemente clínico, apareciendo una pérdida hemática excesiva antes del alumbramiento de la placenta o después (HPP verdadera).



PREVENCIÓN DE LA HEMORRAGIA POSTPARTO

El conocimiento de la existencia de factores de riesgo es de gran ayuda a la hora de prevenir una HPP pero hay que recordar que 2/3 de los casos se dan en mujeres sin ninguno de estos factores. Es por ello que se debe actuar en forma sistemática durante el parto.




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